En Bratislava nevó por primera vez a mediados de noviembre. Fue una nevada tenue que debido a la ausencia de temperaturas bajas no llegó a cuajar, y durante los siguientes días solo tuvimos lloviznas ligeras y una niebla matutina ideal. Para mí, al menos, ya que encontré en ello el ambiente perfecto para situarme en mi novela de fantasía mientras la escribía durante el NaNoWriMo (finalizado con éxito este año también). Como premio, a 1 de diciembre tuvimos la gran nevada y el paisaje desde mi ventana cambió a blanco, algo que me encanta y disfruto hasta que pongo un pie en el suelo resbaladizo.
De las lecciones se aprende y, como con mi novela de ficción histórica y romántica no he parado de dar tumbos1)Y continúo en ello.al ir improvisando a medida que escribía, con la novela de fantasía del NaNoWriMo he optado por lo contrario y estoy siguiendo una cronología detallada. Es un gustazo sentarse cada mañana delante del ordenador y saber (aunque sea de un modo genérico ya que dejo bastante aire a la inspiración) lo que toca escribir ese día.
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