Este verano, aunque no está siendo especialmente bueno en Eslovaquia (demasiados días de lluvia y temperaturas bajas), me ha alcanzado con sus garras perezosas y esta entrada con el resumen de lecturas y compras de los últimos meses primaverales ha tardado en llegar más de lo previsto.
Si en el anterior book haul quedó patente mi escasez de lecturas en 2019 (tan solo tres libros finalizados en dos meses), en este confirmo que el batacazo contra la piedra siempre puede ser peor. Durante los meses de mayo y junio finalicé una apabullante cantidad de dos libros. Al menos, a ambos les cayó reseña.
Esta sequía lectora finalizó en julio, cuando recuperé un ritmo de lectura más acorde con mi media1)Cuatro libros de unas 600 páginas finiquitados y otro por la mitad; es lo que tiene The Expanse cuando te engancha y no te suelta.. Tal vez sea el sol de verano, que hace que siempre me entren ganas de leer después de comer. También pueden ser, por supuesto, las estupendas —y abundantes— compras literarias que he hecho en este tiempo y me han incentivado a pegar la nariz al kindle2)Lecturas amenizadas con la tonelada de pipas que me trajo mi futuro suegro en su última visita..
Sea como sea y pese a mi bajada de ritmo lector, los libros me han rodeado en todo momento. Como te comenté en la última entrada, durante julio me dediqué a mi objetivo en el Camp NaNoWriMo (corregir mi novela de fantasía). No me ha dado tiempo a acabar la corrección —demasiadas distracciones este verano—, pero al menos le he dado un susto. También estoy finalizando el curso de corrección ortotipográfica y me mantengo al día con otros varios en los que me formo como escritora. Un verano entretenido, cuyos resultados veré bastante más adelante, pero mejor voy al grano.
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