Como ya pudiste comprobar los dos años anteriores, en enero me gusta despedirme del año cerrado con un book tag balance de los «mejores en (diferentes campos)». Para el 2019 he mantenido las mismas categorías que el año anterior y tan solo he añadido una más: los videojuegos. Puede parecer algo poco literario, pero la mayoría de los juegos que me gustan están relacionados de un modo u otro con el mundo de las letras.
El 2019 fue un año de bastantes distracciones. No estuve tan centrada en la escritura (y la lectura) como me habría gustado, de ahí que no haya cumplido retos como el de número de lecturas acabadas de Goodreads. Es por eso que este año he decidido reducir el número de 40 a 35 y que este reto sea el único propósito literario al que me comprometo. No quiero apuntarme a retos que «fuercen» mis lecturas hacia libros que tal vez no me interesen cuando mi rascacielos de pendientes es tan grande y contiene lecturas que tengo claro que sí me apetecen.
El blog en este tiempo tampoco sufrió grandes transformaciones, más allá de la creación de la página de Libros recomendados (que soy muy consciente de que tengo pendiente de actualizar), e incluso estuvo cerrado casi tres meses por motivos personales. Esta es la segunda semana que publico desde que lo retomé y tengo clara mi intención de mantenerlo.
Tampoco tengo dudas de que este año acabaré (por fin) la revisión de mi primera novela de fantasía, Un crimen de hadas1)¡Voy por el último capítulo de la primera revisión!, y continuaré con mis cursos de escritura y corrección profesional. Como siempre, tengo un ojo puesto en diferentes plataformas a la caza de cursos que merezcan la pena y no impliquen la pérdida de un riñón, que bastante trabajo les doy.
Anotaciones